domingo, 22 de julio de 2018

VUELTA AL MUNDO REAL

Hoy es domingo y, por fin, podemos despertarnos en un horario más aceptable ya que a las 9 es la eucaristía. Ha estado lloviendo toda la noche y esperamos que nos dé un respiro, pero parece que no va a ser así en todo el día. Hoy, Rudi (el hombre que nos lleva todas las mañanas al colegio después de la eucaristía) y su hijo Luis nos invitaban a comer. 

Por fin llevamos la cartera a la iglesia y podemos comprar unas flores a las niñas que las venden a la puerta del templo. Estas niñas, durante la semana, van a la escuela y los fines de semana ayudan a sus familias vendiendo flores a los feligreses para poder sobrevivir durante la semana. Estas flores se las hemos ofrecido a Cristo, a la Virgen y a Santa Carmen Sallés para agradecerles la ausencia de lluvia en todas las salidas de esta semana y el poder haber disfrutado de tan gratos momentos.


Al llegar a casa nos ponemos a ayudar a Ana Rosa a hacer las croquetas que regalaremos a Rudi como presente "typical spanish", aunque algunas ayudamos más que otras, -muy español todo...- y que también cenaremos esta noche ¡¡¡mmmmm, buenísiiimasss!


A las 11, Rudi y su hijo nos vienen a buscar y, cuál es nuestra sorpresa al ver que nos llevan al mejor hotel de Bacolod, el L'Fisher, a comer. ¡La generosidad de las personas filipinas es insuperable! Aquí tienen un buffet lleno de comida filipina, asiática y mediterránea, lo mejor para la dieta vamos...






Después de comer Rudi nos invita con toda su buena fe a ver la casa que se está construyendo en una urbanización privada y nosotras sólo podemos ver las enormes diferencias patentes en este país, con unas urbanizaciones con casas más grandes y lujosas que cualquiera que os podáis imaginar y luego varias familias viviendo en 30 metros cuadrados de chapa y maderas recicladas, y es que hay que tener en cuenta las estadísticas de que más de un cuarto del país vive bajo el umbral de la pobreza y otro cuarto se lleva la mitad de la riqueza nacional. Aún le queda mucho a este país por remontar de la dictadura de Ferdinand Marcos y a la especie de oligarquía que se ha creado. Las hermanas cuentan que sí que se ven ciertos resquicios de levantamiento económico ya que en Bacolod es difícil ver a mucha gente durmiendo en las calles y mendigando. Todos tienen un oficio, por paupérrimo que sea, pero aún queda mucho por hacer y por ayudar a pequeños pobres empresarios para relanzar su economía.

Toda la realidad vista hoy nos devuelve al mundo real, como leía el cartel de la salida del cielo que visitamos ayer, y hace ver la importancia de la labor de las pequeñas organizaciones y fundaciones que aquí trabajan para ayudar a la educación, alimentación y sanidad de la gran población olvidada de este país.

Debido a que no ha parado de llover torrencialmente (como es típico en este país) en todo el día y que los planes de tarde se nos han fastidiado, nos hemos puesto a preparar la gran actividad de mañana.



Para terminar, como el día lluvioso pide, peli y manta y buenas noches hasta mañana, las 4 voluntarias nos vamos a la cama.




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