Día atípico en Bacolod: no llueve. Aunque aquí se cumple también el refrán español de "nunca llueve a gusto de todos", porque, cuando no nos cala la lluvia, nos cala el sudor, y andamos chorreando igual, pero más pegajosas. Solución: toalla typical Filipina.
Hoy ha sido un día de trabajo intenso y ya desde temprano estábamos a tope. Hemos podido llevar a cabo algunas de las tareas específicas de la Fundación Siempre Adelante.
Nuestra jornada en la escuela iba a estar centrada en continuar hablando a los alumnos de sus colegios hermanados (Manzanares y Pozoblanco) y hacer un pictograma de Carmen Sallés. Si ayer fueron los de Secundaria, hoy han sido los alumnos de Infantil y Primara quienes han estado viendo el lipdub que su cole hermano de Pozoblanco presentó en el concurso solidario de este año. ¡Les ha encantado!¡Cómo se emocionaban al ver sus fotos en el mural de la entrada y el poster con el nombre de su ciudad! Después tenían que escribir cartas a los alumnos de sus colegios hermanados y, claro, estaban tan motivados que han hecho auténticas obras de arte.
También hemos comenzado a sacar fotos de los alumnos para las becas y para que les conozcan sus compañeros de España. ¡Hasta sacamos tiempo para diseñar la memoria de la Fundación!
Pero no somos nosotras solas las que estamos ganándonos el arroz con el sudor de nuestras frentes -y resto del cuerpo-. Los hay super trabajadores también, como el señor del que os hablamos la semana pasada cuando visitamos el barangay, que hoy nos ha traído todos los imanes hechos a mano y hasta nos ha regalado unos llaveros con nuestros nombres. ¿Y qué decís de los obreros trabajando en la remodelación del gimnasio? Éste, desde luego, no pasaba una inspección de prevención de riesgos laborales.
Al terminar las clases, nos hemos tenido que dedicar a organizar las cartas, que no es poca cosa, ya que hay más de 500 alumnos en la escuela. Casi parecíamos los pajes de los Reyes Magos, si no fuera por el calor...
Para que nos diera el aire, y con la excusa de que tenemos que preparar unos platos españoles para el domingo, nos fuimos a comprar. En lugar de ir al supermercado que ya conocíamos, decidimos ir en dirección contraria, para conocer otra parte de la ciudad y así llegamos a un mercado callejero. Para que nos diera el aire... ¡pues nos dio de lo lindo!¡Menudo tufo! Primero paseamos por los puestos que daban a la calle, pero cuando entramos por los callejones, el ambiente era totalmente aplastante. Las cuatro hemos estado de acuerdo que ha sido el mercado más agobiante en el que hemos estado. La sensación al ir por los callejones era claustrofóbica.
Los puestos no se caracterizaban por la limpieza, aunque sí por la variedad de los productos. Por ejemplo, ¿qué os parecen los huevos? Parecen los de Pascua, ¡pero no! Son unos huevos especialmente salados que preparan dentro de arcilla. ¿Nos atreveremos a probarlo algún día? Como diría May Ann, "pues I don't know". Aquí podías encontrar de todo: Las macetas que les sirven de cocina, el pollo a la espera del matadero, el tocino filipino que, visto así, no resulta para nada apetecible, una variedad igualmente poco apetecible de pescados secos, el "coco" durmiendo sobre los cocos... ¡De todo!
De todo, de todo... menos de lo que nosotras necesitábamos para hacer nuestras croquetas y nuestra tortilla de patata, así que nos fuimos a pulular por otra parte, ahora sí que, literalmente, en busca de aire y encontramos un supermercado de toda la vida en los que pudimos adquirir nuestros ingredientes. Y fijaos si tendremos el estómago a prueba de bombas que, después de la ración de vista y olfato que acabábamos de llevarnos, hasta nos dio para probar la "national meryenda": el turón, una especie de churro relleno de plátano. También al llegar a casa pudimos probar otro plato "national", sopa de baby bambú. Eso sí, con el pescado que nos pusieron, algunas no pudimos. ¡La memoria sensorial no perdona!


























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