jueves, 26 de julio de 2018

ESTAMOS EN FIESTAS



Hoy hemos amanecido un poquito más tarde de lo habitual. Estamos de fiestas patronales. Hoy en Consuelo estamos celebrando Santa Ana, protectora de la localidad. Para nosotros, además, es un día de fiesta grande, porque nuestra jefa, Ana Isabel, celebra su santo, y, aunque no nos dijo nada, pero todos sabíamos nos iba a sorprender.

Tras la oración comunitaria y un rico desayuno, nos disponemos a organizar los regalos que le daremos la próxima semana a los niños, tanto del colegio como del batey. Nos ha hecho mucha ilusión hacer los paquetes pensando en cada uno de nuestros niños.



La mañana terminó con una apasionante partida de cartas entre  Elena, Mara, Eugenia e Isabel. Fue un rato de risas compartidas.

En la comida, un día más pudimos disfrutar de las frutas y verduras típicas de la zona: aguacate, mango, tajoya, batata….


Un ratito de descanso después de la comida y rápidamente cogimos la camioneta para irnos al batey. Hoy, un día más, nos estaban esperando los niños, pero ¡ohhh, no estaban todos! Nos faltaban los niños del batey la Huse, así que tío Julio e Isabel fueron a recogerlos en la camioneta. Era impresionante ver cómo venían andando por esos caminos, casi una hora andando y con ganas de pasárselo bien.

En el batey también queríamos celebrar las fiesta de Santa Ana, así que hoy no íbamos a dar clase. Esta tarde la íbamos a dedicar a merendar con ellos y jugar, jugar y jugar. Hemos visto que tan necesario es enseñarles Lengua y Matemáticas como compartir con ellos ratos de jugar a la pelota, a la cuerda, como dejarse peinar y fotografiar con ellos. Todo lo que suponga estar por y para ellos siempre es reconfortante para ellos y les hace muy felices.



El resto de la tarde estuvimos viendo las carrozas de Consuelo, donde las reinas y damas locales se pasean en sus carros bien engalanados. Los coches bien bonitos y los niños, jóvenes y adultos discurrían por las calle cantando y bailando música merengona.
Hemos disfrutado viendo cómo es su vida aquí y cómo celebran sus fiestas.




Y por fin llegó el momento esperado, la cena. En este momento quisimos sorprender a nuestra jefa. Le impusimos la banda de felicitación y le hicimos los honores que en su día se requiere: presidencia de la mesa como a Madre Ángeles, superiora de la comunidad.



Fue un rato donde pudimos hablar de lo vivido durante el día. Hablamos de nuestros niños, de sus travesuras y de los momentos vividos por nosotros durante el día.
En el final de la cena, Ana Isabel nos invitó a unos helados. Estaban riquísimos. Había helado de chinola, de coco con leche merengada y helado de maní (que en España es cacahuete). Los probamos todos y todos nos parecieron deliciosos.

El día tenía que terminar por todo lo alto, así que nos pusimos nuestras galas y a pasear por el pueblo. Fuimos a la parroquia de Santa Ana y allí estuvimos cantando, bailando y disfrutando con la comunidad parroquial de sus bailes y de su música. Hasta nos dieron la bienvenida y nos ofrecieron su juguito y sus bizcochitos. Vamos, que cerramos la fiesta, pero claro, aquí la fiesta se cierra pronto, no más de las 22h.



Llegamos a casa bien contentos, pues, además de descansar, pudimos un día más disfrutar de la riqueza de este lugar y de sus gentes.