martes, 24 de julio de 2018

FALSAS NECESIDADES




Otro día más en nuestra pequeña rutina, lo mismo de cada mañana, o eso parece, aunque hemos de admitir que cada día tiene algo de especial.
Nos levantamos, oración, desayuno y, sin más dilación, a la escuela.


En la mañana se notaba el cansancio acumulado en los profesores. Además de ser el día de la reunión entre Madre Ana Isabel y los familiares de los alumnos becados desde básica hasta la universidad, lo que aumentaba las excusas para la distracción de los alumnos, pero entre todos hemos conseguido aprender y aprovechar la mañana.



Cada día los niños son más fans de los talleres y se nota, ¡las ganas de pasar un buen rato desbordan!

Además hoy la hora de la comida era esperada con ansia por todos, ya que iba a estar en manos del Tío Julio, quien nos ha preparado las comidas más típicas de este país para no quedarnos con hambre, y la verdad es que hemos comido genial.


Luego, la tarde en el Batey con la compañía de Sujey, administradora del Zaglul de Consuelo, ha sido especialmente amable, ya que ha traído una merienda especial para cada uno de los niños de la escuela.




El momento de los juegos ha sido tan increíble como siempre. Ya lo comentábamos, la facilidad de diversión con una cuerda o un balón. "Las falsas necesidades" son reales. Creemos que necesitamos más de lo que tenemos, de hecho, somos nosotros mismos los que nos creamos estas necesidades, que creemos que al cubrirlas nos van a hacer felices, o más felices. "Necesito ese nuevo modelo de zapatillas", "necesito ese móvil con esa cámara tan buena", "necesito comer todo esto y más", "necesito" "necesito" "necesito" de las palabras más repetidas cada día. Pero, ¿en serio necesitamos todas esas cosas? Venimos de un viaje como ha sido el de Haití, donde hemos conocido la pobreza absoluta y, como siempre, la sonrisa es la protagonista. En el Batey también se nota la diferencia de pobreza con Consuelo, sin embargo comparado con España en todos los sitios la pobreza es enorme. Nos damos cuenta de que todas nuestras necesidades son materiales, mientras que las de la gente de aquí son totalmente morales, algo que sorprende. Está claro que no sólo los niños están aprendiendo durante este mes.


Después del Batey, hemos acercado a algunos de nuestros alumnos que viven lejos de la escuela, lo que demuestra sus ganas de aprender.


Cuando hemos llegado a casa hemos acabado de organizar todo para el día de mañana, la entrega de mochilas a todos los niños becados.
Aunque todos los días parezcan iguales os podemos asegurar que cada día tiene algo de especial y hacen que sean diferentes.